Como una muñeca de porcelana se encontraba en aquella silla, completamente inerte mirando al vacío. El único movimiento que se observaba era el de sus cabellos castaños por la acción del viento. En su rostro se atisbaba una sensación de tristeza que revelaba unos pensamientos poco agradables. ¿Meditaba o lloraba por dentro? ¿Qué le estaba pasando por su mente para que estuviese así? Quizás se dio cuenta de que su vida no era tan positiva como creía, que resultaba que estaba completamente sola en el mundo. O quizás estaba pasando un mal momento por la pérdida de alguien importante. ¿Quién sabe? Puede que estuviese pensando cómo acabar con aquello que pensaba que no merecía la pena si todo era dolor y sufrimiento, dar y dar, y nada de alegrías ni recompensas. ¿Cómo saberlo? Lo único que he podido averiguar observándola es que se siente utilizada, y que de tanto pensarlo ha empezado a llorar.