Hay momentos en los que me quedo mirando al vacío esperando la respuesta a todos mis problemas y así ser feliz a partir de ese momento. Pero… ¿cuántas veces ha sucedido? Ninguna. Sigo igual de ausente en mi vida, una vida sin solución y únicamente con problemas.
Hay una cosa que me preocupa. No sé qué me pasa, quiero sacar tantas palabras de mi corazón para librarme de ellas, pero no hay manera de que escapen de mí. Se han aferrado tanto que sólo me hago más daño cuando las quiero arrancar. ¿He de dejarlas dentro de mí o he de quitarlas a sabiendas de que puedo morir intentándolo?
Quiero arriesgarme y sentir de una vez.
Quiero sentir la sangre que escapa de mi cuerpo por cada palabra que me ha perforado.
Quiero saber lo que es el dolor de una tortura.
Quiero gritar cada momento que debía de haber llorado, y no lo hice.
Quiero llorar por cada mal que he tenido que pasar.
Quiero acabar con la inocencia de mi alma y simplemente caminar hasta mi final. Sólo quiero acabar con todo lo que me forma, lo que me hace ser yo.
Quiero dejar de ser alguien.
Ha llegado el momento de ser nada, y sonreír a mi muerte.